John Carpenter 2.1
Despues de ver el toston en que podia convertirse la 2ª parte, he decidido colgarla por partes, más facil de seguir, leer, etc.
Asi que aqui teneis la primera parte de la segunda parte del articulo sobre John Carpenter (parece una peli de los hermanos Max). ;)
Introducción: El Retorno del Hombre Franquicia
Mediados de la década de los ochenta: JC ha dejado de ser el gran revitalizador del Cine Fantástico para convertirse, con entidad propia, en uno de los subgéneros más reconocibles y substanciales del mismo.
Buscando su sepultura particular en el panteón de los cineastas irreductibles, John Carpenter se va a adentrar en las prerrogativas de la serie B (alejándose, en consecuencia, de un mainstream hollywoodiense del que nunca se sintió parte) que le va a garantizar, ante todo, a) el mantenimiento de su libertad creativa; b) la independencia en su trabajo; c) el desempeño de su labor en el marco de un grupo de trabajo recurrente, d) una reducida comuna de seguidores entusiastas, e) una respuesta similar en las taquillas mundiales (sin grandes éxitos: salvo Vampiros, sin grandes fracasos: salvo Memorias de un hombre invisible) f) trascender los códigos genéricos sin tener que dar más explicaciones que a unas productoras, por cierto, usualmente conniventes con la ideología creadora del director.
A partir de Starman, J.C., hará de cada nuevo proyecto una apuesta por el cine fantástico personalísima y, sobretodo, desenfadada que ganará tantos seguidores como detractores. Y se distanciará aún más, y con una cierta insolencia, de aquellos que consideran que lo mejor del autor pertenece a los pretéritos tiempos de los 70.
Ya veremos que nada más lejos de la realidad.
2.9. El espíritu de la Golden Harvest (Golpe en la pequeña China).
Asi que aqui teneis la primera parte de la segunda parte del articulo sobre John Carpenter (parece una peli de los hermanos Max). ;)
Introducción: El Retorno del Hombre Franquicia
Mediados de la década de los ochenta: JC ha dejado de ser el gran revitalizador del Cine Fantástico para convertirse, con entidad propia, en uno de los subgéneros más reconocibles y substanciales del mismo.
Buscando su sepultura particular en el panteón de los cineastas irreductibles, John Carpenter se va a adentrar en las prerrogativas de la serie B (alejándose, en consecuencia, de un mainstream hollywoodiense del que nunca se sintió parte) que le va a garantizar, ante todo, a) el mantenimiento de su libertad creativa; b) la independencia en su trabajo; c) el desempeño de su labor en el marco de un grupo de trabajo recurrente, d) una reducida comuna de seguidores entusiastas, e) una respuesta similar en las taquillas mundiales (sin grandes éxitos: salvo Vampiros, sin grandes fracasos: salvo Memorias de un hombre invisible) f) trascender los códigos genéricos sin tener que dar más explicaciones que a unas productoras, por cierto, usualmente conniventes con la ideología creadora del director.
A partir de Starman, J.C., hará de cada nuevo proyecto una apuesta por el cine fantástico personalísima y, sobretodo, desenfadada que ganará tantos seguidores como detractores. Y se distanciará aún más, y con una cierta insolencia, de aquellos que consideran que lo mejor del autor pertenece a los pretéritos tiempos de los 70.
Ya veremos que nada más lejos de la realidad.
2.9. El espíritu de la Golden Harvest (Golpe en la pequeña China).
Jack Burton:
Can't stand the fire, get your ass outta the kitchen.
El drama romántico aderezado con retales de cine de embajadores alienígenas que Carpenter pergeña en Starman, propiciará en el cine de su autor una tercera vía creativa basada en la conjunción de géneros, a priori, antagónicos. Esta premisa de aires cinéfilos hará de Golpe en la pequeña China una Comedia kitch de artes marciales sazonada con segmentos de cine fantástico de perfil bajo... Un Cine solaz y vocacionalmente menor realizado, contra todo pronóstico, al albor del embrionario cine oriental de los años ochenta.
Sax Rohmer y Fumanchu, los seriales de entreguerras de los años 30, la productora Golden Harvest, los Shaw Brothers, el cine de artes marciales de los 70, y la apostura cínica de otro de los homenajeadores de aquéllas: Indiana Jones. El legado de referencias cinéfilas en el que se mueve Golpe en la Pequeña China no parece amedrentar a su artífice a la hora de abordar una visión sobre el tema en una década, la de los ochenta, en que los cineastas posteriores a la generación de la televisión sentían la necesidad de devolver al cine, su dimensión entrañable, su carácter divertido e intrascendente en forma de guiño reverencial.
Golpe en la Pequeña China lo protagoniza un camionero aficionado a las camisas de tirantes, de aires rudos y descarados que, sin buscarlo ni pretenderlo (característica habitual de los films del norteamericano), se ve imbuido en una aventura extraordinaria (literalmente) discurrente por todos los recovecos de la iconografía pulp de origen chinesco. Es, naturalmente, otro de los anti-héroes perpetrados por John Carpenter y por Kurt Russell pero al contrario que Snake Plissken (1997...) o que McReady (The Thing), los movimientos y decisiones de este bruto personaje se definen con la torpeza y la imprudencia, con la hosquedad y la descortesía. Es más, en su afán de recrear un personaje despojado de cualquier vestigio de genialidad, Russell construye a Jack Burton como un ser autoparódico y, ciertamente, gracioso en la mejor tradición de la comedia gruesa norteamericana al mismo tiempo que lo presenta como un tipo incapaz de dar una a derechas en las innumerables ocasiones en que su rol protagonista le exige manifestar su condición heroica (circunstancia de guión que propiciará una buena suma de secuencias hilarantes).
En el argumento de Golpe en la Pequeña China se mezclan secuestros a pie de aeropuerto, mafias chinas aficionadas a los juegos de magia y a las patadas de kárate (olvidaos de Manhattan Sur), una estupenda Kim Katrall presumiendo de camiseta ajustada, émulos canijos de Bruce Lee, un malo megalómano aficionado a los liftings y los cambios de imagen, y pasajes desbordados de gozosa y disfrutable imaginación. Sin dejar un respiro al espectador, algo habitual en la filmografía del cineasta, la acción discurre por los más variados géneros, desde la explotation de artes marciales, hasta la heroic fantasy propiamente dicha, recolectando de todos ellos un deje homenajeador que va a convertir al film de Carpenter en un ejercicio cinéfilo autocomplaciente y vibrante, construido para aficionados sin perjuicios de toda edad, género y condición. Para estas alturas J.C,, deja claro que su enorme capacidad para la reinvención autoral no tiene límites.
Carpenter exonera a su película, en fin, de cualquier raigambre con la trascendentalidad hasta el punto de reclamar del espectador una complicidad necesaria para disfrutar, en toda su plenitud, la excelencia de este magnífico pastiche.
El director de La Niebla demuestra que no está -ni mucho menos- acabado pero comienza a coquetear con los caprichosos designios de la autocomplacencia.
Nos vemos familia... o no.
Mientras intentare solucionar el porqué de no poder colgar foticos en el blog :(
Salut!!!
0 comentarios:
Publicar un comentario