Capitulo Primero
CAPITULO PRIMERO
Fuzz, pelusa, tenia un carácter de los que no aguantas. No señor, nadie aguantaba a semejante cabrón. Siempre tenia un buen motivo para tocarte las narices, parecía que tuviera 3 cojones o cualquier otra rareza genética, hubiera sido una buena excusa para el, pero no, sencillamente el era así, además de un paranoico. La paranoia me mantiene vivo, decía constantemente, no te puedes dedicar a esto y estar cuerdo.
El muy mamón formaba parte de no se qué organización, pero de un tipo que esta esperando, deseando, una invasión, ataque u otro cataclismo, día sí día también, no te puedes esperar otra cosa. Seguro que se ponía una capucha violeta, una túnica negra y entonaba cánticos apocalípticos, sacrificaba cabritos y se follaba alguna virgen sobre el altar mayor de alguna iglesia románica en ruinas todos los sábados noche, porque este tipo, nunca lo encontrabas durante el fin de semana, y te lo encontrabas hecho un guiñapo, tampoco era un portento vistiendo... en fin, eso sí, tenia un jodido club de fans, FuzzFan.
El club lo formamos los antiguos compañeros de juergas durante nuestra estancia en el ejercito, era el más estricto de todos, pero también el más borracho, cabrón y el más hijo de puta. Nunca supimos a ciencia cierta que coño hacia un tipo como el en la cocina de semejante chalupa.
Un día, durante una excursión por la ultima ciudad perdida del mediterráneo, se metió con un grupo de tipos que estaban acosando a unos crios, con todo lo que conlleva, no dejaríamos solo a un camarada en semejante lío, todos a darnos de castañas!
La pelea no presentaba dificultad, hasta que Fuzz coge la cabeza de uno de los tipos y la estampa contra la pared una y otra vez. El muy hijo de puta se lo estaba pasando en grande!
Los tipejos salieron corriendo, mientras intentábamos que dejase de esparcir restos de masa encefálica por toda la acera ante la mirada de los chiquillos, que por cierto, le animaban a seguir, y claro, Fuzz estaba borracho de sangre. Con la mirada brillante y una sonrisa preciosa, era feliz acabando con ese pobre desgraciado, con las manos moradas de tanto apretarle el cuello, lo dejo sobre el suelo con cuidado y le dijo:
- Cuando tengas ganas de jugar, hazlo con alguien que sepa seguir las reglas!!
Dejamos al grupo de monstruos infantiles dando brincos al lado de lo que quedaba del agresor y llamamos a la poli, Fuzz estaba exultante.
Llamo a una ambulancia, le dejo unos billetes en el bolsillo, hablo con los crios y nos fuimos por donde venimos. Nadie dijo nada. Fuzz parecía flotar, levitaba por la acera de camino al primer bar.
No soporto a la mala gente, nos dijo.
Cuando llegamos a la base, unos días más tarde, Fuzz desapareció un par de meses, para volver de paisano, un curro y una cartera repleta.
- Adiós, ya os llamare yo!
- ¿A que teléfono, mamón?
Y se largo.
Durante meses no supimos nada de el que no fueran sus postales, de un gusto pésimo y parcas en palabras.
- Estoy bien. Firmado: Fuzz
Y hace unos días, suena mi móvil:
-Sí?... Aló?... Diga coño!!
-Buenos días, soy Fuzz.
Continuara...
Salut!!!
2 comentarios:
¿Esto es un hecho real o ficticio? Ya nos enteraremos de más en la siguiente entraga. De momento estoy alucinada con el señor Fuzz. No sé si pensar que era una mala bestia o que tenía un buen corazón con dosis elevadas de violencia ante lo injusto... Ya veremos sí, habrá que saber más.
Btxos enormes!
Lo que tiene Fuzz es una sobredosis de testosterona, y amigos que le adoran, está claro.
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