...
-¡Maldito Hijo de puta! Donde coño te has metido todo este tiempo, pedazo de cabrón malnacido. Solo hemos recibido esas notitas tuyas por correo, mamonazo del Demonio. ¡Di algo!¡Contesta!¡Joder!¡Habla!
-Si te callas, puede que te cuente algo.
Dijo con voz serena.
-He estado trabajando, hoy aquí, mañana allí. No había mucho que contar. Entiendelo.
El muy desgraciado sabia como hacerte sentirte mal y hacerte callar.
Tajante.
Sereno.
No parecía el Fuzz de siempre.
Estaba tan sereno.
-¿Tomamos un café?¿A las siete de la tarde, cuando salgas del trabajo?
Coincidencia o no, salía a las seis y media de la oficina.
-OK, pero preséntate.
Fuzz era el típico que quedaba contigo y diez minutos antes de llegar, te llamaba cancelando la cita.
Sin explicaciones.
Sin un motivo aparente, luego, desaparecía durante X tiempo.
Era Fuzz.

Continuara...